Todo es Mente, un reencuentro con la alquimia
Hace unos días leí el Kybalion, un libro profundo y complejo, vale la pena llegar hasta el final, está lleno de sabiduría…
Habla de varios principios fundamentales para nuestra comprensión y transmutación internas, para convertirnos en el Oro alquímico. En la antigüedad se hablaba de la piedra filosofal, de los pasos alquímicos para transformar el plomo o cualquier metal inferior en oro, así mismo los alquimistas a través de este proceso pasando por el nigredo (la putrefacción) buscaban el secreto de la eterna juventud, el trascender la muerte en este mundo físico, elevar la materia.
Descubrí la alquimia cuando era pequeña, cuando husmeaba en el librero de mi padre, siempre me ha llamado la atención. El agua del rocío era un paso fundamental y podemos encontrar algunas similitudes en la importancia de este en el descubrimiento de las Flores de Bach. Pero más allá de los pasos a nivel físico, la importancia radica en la consciencia del alquimista, la intención que pone este al extraer la esencia en este caso de las flores o cuando el terapeuta hace alquimia con las diferentes “mezclas”.
Y es como dice el Kybalion:“El TODO es mente; el Universo es mental”. Si supiéramos el poder que tiene nuestra mente, y lo importante de transmutarla y elevarla, trabajaríamos y dedicaríamos tiempo y energía en elevar nuestros pensamientos, conectándonos con nuestro Yo Superior, desidentificándonos del ruido mental, que nos aleja del presente, nos engaña, nos deprime, nos hace daño.
En este libro se habla del principio de género, del principio masculino y femenino del universo, que en Kabbalah es la Luz y la vasija, el dar y el recibir para compartir, la idea y la creación. En muchas sabidurías podemos encontrar estos conceptos, podemos verlo claramente en el acto de la concepción, cuando el hombre entrega la semilla y la mujer la recibe y convierte en un nuevo ser.
El principio de polaridad, nos habla de que la emoción positiva y negativa, los opuestos son en realidad un nivel de vibración alto y bajo de una energía, como la oscuridad versus la luz, como el miedo y el valor, cuando nos encontramos en un extremo negativo podemos elevarlo al positivo. Podemos hacerlo concentrándonos en el polo opuesto al que queremos llegar, con nuestra mente podemos hacer el cambio, y podemos apoyarnos con herramientas físicas que nos ayuden por ejemplo las esencias florales.
El principio de vibración es esencial entenderlo, ya que todo lo que hay en este mundo físico vibra, lo espiritual es algo más sutil, a diferencia de la materia que es más densa, es decir, somos vibración, nada está en reposo todo está en constante movimiento, aunque aparentemente no lo veamos. La mente también puede determinar la vibración, y no solo la nuestra, otros con su mirada y consciencia pueden afectarnos, por un lado determinamos la realidad y también somos determinados.
Es lo mismo con los astros, podemos sobreponernos a su energía con el conocimiento adecuado, podemos ponernos por sobre las circunstancias de este mundo físico y no dejar que nos afecten. Lo importante es hacerlo para transformarnos nosotros mismos, para trascender a nuestro propio ego, en vez de intentar transformar a otros. Si cambiamos nosotros, transformamos nuestro entorno y así mismo al mundo. Tenemos que actuar desde la sabiduría, para comprender que lo que hacemos a otros lo estamos haciendo a nosotros mismos.
Y aquí entra el principio de Causa y Efecto, esto también lo hemos escuchado en Kabbalah, toda causa tiene un efecto y todo efecto tiene su causa. Todo lo que nos sucede bueno o malo, nosotros mismo lo atrajimos a nuestras vidas, ya sea para corregirnos o aprender. Es por esto que debemos actuar altruistamente, en concordancia con la Unidad, de lo contrario nos llegará el efecto que nos hará aprender a través del sufrimiento en lugar del conocimiento, si el efecto no es en este mundo o vida, será en la próxima.
Por otro lado, tenemos también principio del Ritmo, todo tiene su ritmo, como un péndulo que oscila entre un lado y el otro, sube y baja, nuestra vida nos lleva a extremos, a mayores alegrías, mayores serán también los dolores. Podemos observar estas oscilaciones en nuestra vida, los cambios siempre estarán, pero podemos subir de nivel y observar desde este Yo Superior, el Mi (la personalidad, lo que creo que soy), manteniéndonos en nuestro centro a pesar de las circunstancias, es un trabajo, el trabajo de convertirse en un diamante.
La mente lo es todo, si cambiamos nuestra mente, si elevamos nuestros pensamientos y vibración podremos lograr el plan de nuestra alma de una manera más armoniosa. No dejar que las circunstancias nos aplasten y entender que todo está bien tal como está, que todo lo que nos sucede es para nuestra evolución.
Probablemente en este libro hay mucho más, pero les dejo la inquietud, estar en el presente, enfocarnos en lo positivo y aceptar lo que no nos gusta, nos llevará a transformar nuestra realidad y ser plenos, más allá de lo externo.
Agradezco a mi maestra, Jenny Godoy, Terapeuta de Flores de Bach entre otros muchos saberes, por toda la sabiduría entregada.
Que tengan una excelente tarde.
😀
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